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La podología pediátrica es una rama de la especialidad podología encargada de prevenir el correcto crecimiento del pie sin deformidades, tratando cualquier tipo de afección del pie en niños como problemas en las uñas, alteraciones de la piel, etc. 

Esta especialidad es clave para garantizar un crecimiento sano de los pies desde edades tempranas. De esta forma, se pueden evitar futuros problemas en la adultez

Estos son algunos de los puntos que tratamos a continuación:

¿Cuándo se debe llevar a un niño al podólogo?

La podología es extremadamente útil en la infancia para prevenir problemas futuros, como venimos diciendo. No obstante, el momento más acuciante para llevar a un niño al podólogo es cuando se percibe alguna alteración visible en la piel o las uñas

El momento de empezar a andar es muy revelador, pero cuando el niño ya anda con soltura, es cuando conviene llevar al niño al podólogo para observar qué tipo de marcha ha adoptado. 

Una prueba de que igual es necesario llevar a un niño a podología pediátrica es que no se siente cómodo con el calzado e intenta siempre descalzarse. 

Por otra parte, diversos expertos recomiendan que los niños menores de 3 años utilicen calzado con poca frecuencia, ya que es vital que se relacionen con su entorno de la forma más “táctil” y sensible posible. 

Patologías que se detectan en podología pediátrica

Gracias a la podología pediátrica se pueden diagnosticar algunas patologías como por ejemplo: 

  • Onicocriptosis: cuando la uña penetra en la piel del dedo, encarnándose y produciendo dolor
  • Clinodactilia: deformidad que surge con la torcedura de los dedos del pie
  • Pies planos: deformidad surgida cuando la planta del pie carece de arco plantar
  • Pies cavos: el arco plantar del pie tiene demasiada curvatura, provocando menor apoyo e inestabilidad
  • Enfermedad de Sever: hinchazón del talón del pie a causa del crecimiento
  • Pies equinos: provoca una flexión plantar constante

Otro caso muy común es el de niños que se tropiezan con mucha facilidad, que meten los pies hacia dentro al andar o que andan de puntillas. 

Esto último es extremadamente común sobre todo en los primeros meses cuando empiezan a andar, así que no te preocupes si tu hijo lo sufre. Eso sí, si el problema persiste, conviene que acudas a podología pediátrica para evitar que el problema se alargue y termine provocando problemas al niño. 

Tratamientos más comunes en podología pediátrica

Nosotros siempre solemos recomendar utilizar los tratamientos más conservadores posibles en niños. En base a este principio fundamental, solemos recomendar tratamientos sencillos como algunos ejercicios, estiramientos, trabajo ligero de fisioterapia y plantillas para el calzado. 

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