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La tendinitis aquílea es un tipo de patología degenerativa que provoca la pérdida de resistencia del tendón de aquiles, disminuyendo la capacidad de soportar peso y generando debilidad en la zona. También se la conoce como tendinopatía del aquiles. 

Es muy dolorosa y, en función de las zonas afectadas puede tratarse de una tendinitis aquílea bilateral, calcificada o interseccional. 

Más información sobre diferentes aspectos de la tendinitis aquílea:

Tipos de dolor en el talón de aquiles

Los dolores más frecuentes en el talón de aquiles surgen en algunos casos muy comunes, como por ejemplo: 

  • Dolor en el tendón de aquiles al estirar el pie.
  • Dolor en el tendón de aquiles al apoyar el pie.
  • Dolor en el tendón de aquiles al levantarse.

Tendinitis aquílea bilateral: ¿qué es?

La tendinitis aquílea bilateral no es más que el dolor en los talones de ambos pies a la vez. Esto provoca una progresiva debilidad de ambos talones de aquiles. 

Bulto en el tendón de aquiles: tendinitis aquílea calcificada

En ocasiones podemos observar cómo aparece un ligero bulto en la zona del tendón de aquiles que al presionarlo duele bastante y que se encuentra cerca del hueso. Es muy probable que se trate de una tendinitis aquílea calcificada.

En este caso, el tratamiento es más complejo, ya que las tendinitis aquíleas calcificadas suelen necesitar de intervención quirúrgica. Este subtipo de tendinitis puede traducirse en la enfermedad de Haglund. Esta prominencia debe extirparse en quirófano para comenzar el tratamiento y evitar dolores mayores. 

¿Cuál es el tratamiento de la tendinitis aquílea?

Como toda enfermedad degenerativa, la tendinitis aquílea requiere de ejercicios para disminuir el dolor que provoca. Estos ejercicios pueden servir para eliminar el problema a largo plazo, aunque en los casos más dolorosos, seguramente no sirva y se necesite de un mayor tratamiento. 

En nuestras clínicas Vitruvio utilizamos la técnica de inyección volumétrica ecoguiada, que ha resultado ser de gran efectividad para la reducción del dolor en este tipo de tendinitis del talón de aquiles. 

En esta técnica se inyecta un suero a presión en los puntos afectados y doloridos. 

¿Qué síntomas tiene una tendinitis aquílea? 

Una tendinitis aquílea es fácil de detectar. Sus síntomas son dolor en la zona o al palpar. Normalmente, el dolor se manifiesta más intensamente tras actividad física como correr o caminar. 

Otros síntomas habituales son: 

  • Rigidez del talón por la mañana o tras largos descansos.
  • Chasquido o crujido al girar el tobillo o moverlo.
  • Debilidad de la pierna.
  • Dolor al estirar el pie.

¿Qué ejercicios podemos realizar para paliar el dolor en el tendón de aquiles?

Los más recomendados son los ejercicios excéntricos. Es decir, aquellos que consisten en ponerse de puntillas en un escalón, subir en 1 segundo y bajar en 3 segundos, repitiendo el proceso continuamente. 

Es importante saber que si sufrimos dolor en el tendón de aquiles, una forma muy beneficiosa y efectiva de disminuir el dolor es la auto rehabilitación mediante la realización de este tipo de ejercicios. 

¿Cuál es el tiempo de recuperación del dolor en el tendón de aquiles? 

Saber cuánto tarda en curarse una tendinitis aquílea es una de las mayores preocupaciones cuando conocemos que sufrimos esta patología. El tiempo para conseguir una cierta recuperación es de 3 meses aproximadamente. En ese tiempo, el paciente habrá perdido gran parte del dolor. 

Por otro lado, la mejora médica y más profunda requiere de un mayor tiempo de recuperación, que puede alcanzar hasta el año. 

Tobilleras o vendajes en el talón de aquiles: ¿son recomendables?

Con una tendinitis aquílea, el uso de tobilleras o vendajes en la zona no son para nada efectivos. Puede que un vendaje sí sirva para reducir ligeramente el dolor durante una actividad física determinada, pero no mejorará la situación. 

Por tanto, no son demasiado recomendables, ya que su efecto es prácticamente inexistente. 

¿Se puede andar con un talón de aquiles roto?

Si tenemos el talón de aquiles roto o parcialmente roto, es muy recomendable no caminar demasiado y, por supuesto, no realizar ejercicios físicos más intensos. 

Sí que se puede caminar con el talón de aquiles parcialmente roto, pero esto puede ampliar la rotura y, además de agravar el problema, puede traducirse en mayor dolor y mayor tiempo de recuperación

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