El choque femoroacetabular es una patología de la cadera que provoca dolor principalmente entre jóvenes y adultos de mediana edad. A continuación, más información sobre esta patología:
- ¿Qué es el choque femoroacetabular?
- ¿Qué lo causa?
- Síntomas de la patología
- Tipos
- Factores
- ¿Cómo se trata?
¿Qué es el choque femoroacetabular?
Es una patología que causa dolor en zonas de la cadera, el fémur o a su conexión con la pelvis. Aparece normalmente en jóvenes y adultos de mediana edad que suelen practicar deporte de manera bastante frecuente y regular.
El dolor está provocado por la presión que el fémur ejerce sobre la cadera y viceversa al reducirse el espacio entre la cabeza del fémur y su cartílago en movimientos rotatorios de la cadera.
¿Qué lo causa?
El origen de esta patología es bastante confuso y desconocido, aunque se suele deber a la aparición de una pequeña protuberancia en el cuello del fémur. Dependiendo de cómo sea este bulto, la patología afectará a unas zonas u otras, variando el tipo de dolor.
Aun así, suele aparecer como consecuencia de una práctica deportiva extrema durante años, por lo que algunos deportistas la suelen sufrir a lo largo de los años.
¿Qué síntomas provoca el choque femoroacetabular?
Los síntomas más habituales son que el paciente sufra un dolor punzante en la zona de la ingle, en los glúteos o en la zona justamente superior. Además, puede llegar a provocar una progresiva pérdida de movilidad en la zona de la cadera, por lo que es recomendable pillar a tiempo el problema y darle tratamiento.
El dolor se incrementa tras la realización del deporte o el ejercicio, una vez se enfría la zona y entra en reposo. Es muy específico y molesto, aunque soportable.
Tipos de CFA
Existen tres tipos principales de CFA, cada uno con sus propias características:
- Choque tipo CAM. Se produce por una deformidad en forma de «leva» en la cabeza del fémur. Esta protuberancia ósea roza contra el borde del acetábulo durante el movimiento de la cadera.
Es un tipo que es más común en hombres jóvenes y activos. Los síntomas incluyen dolor en la ingle, la cara anterior del muslo y la cadera, especialmente al realizar actividades como caminar, correr o subir escaleras.
- Choque tipo PINCER. Se origina por un borde acetabular excesivamente prominente que envuelve la cabeza del fémur. Este borde óseo pellizca el labrum, el cartílago que recubre el acetábulo, durante el movimiento de la cadera.
En este caso es más frecuente en mujeres de mediana edad. Los síntomas incluyen dolor en la ingle profunda, la cara interna del muslo y la cadera, especialmente al flexionar o rotar la cadera hacia adentro.
- Choque mixto. Combina características de ambos tipos, CAM y PINCER. Presenta deformidades tanto en la cabeza del fémur como en el borde acetabular. Los síntomas son similares a los de los tipos CAM y PINCER, pero pueden ser más intensos y persistentes.
Factores de riesgos
A pesar de las causas mencionadas, hay algunos factores de riesgos que pueden afectar a la aparición del choque femoroacetabular.
- Genética: si tienes familiares con CFA, tienes un mayor riesgo de desarrollarlo.
- Actividad física: la práctica de deportes que implican impacto o movimientos repetitivos de la cadera, como fútbol, ballet o carrera, puede aumentar el riesgo.
- Anatomía: algunas personas nacen con una forma anormal del fémur o el acetábulo, lo que las predispone al CFA.
- Lesiones: una lesión previa en la cadera, como una fractura o una dislocación.
¿Cómo se trata esta patología?
En nuestra clínica Vitruvio Alcorcón solemos aplicar tratamientos de fisioterapia para disminuir considerablemente el dolor y aumentar la resistencia de la zona al fortalecerla. Es el tipo de tratamiento menos agresivo y doloroso, por lo que es el más recomendable siempre que la patología no sea demasiado grave.
En caso de que sí lo sea, en Vitruvio tratamos la patología con infiltraciones ecoguiadas que localizan al milímetro el problema y lo extirpan con pequeñas cirugías de mínima invasión. Este tipo de tratamientos son de gran precisión y tienen enormes beneficios para el paciente, como la disminución extrema del dolor, la inexistencia de efectos secundarios o tiempos de recuperación mucho menores.