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La neurodinamia, también conocida como movilización neural es una técnica empleada en fisioterapia. Consiste en evaluar, pero también tratar trastornos y alteraciones que se producen en el sistema nervioso periférico. El objetivo de esta técnica es claro. Prevenir, disminuir e incluso hacer desaparecer los dolores del nervio periférico que se producen cuando el tejido está dañado.

A continuación, profundizamos más en este tratamiento, hablando de los siguientes aspectos:


¿Para qué patologías se utiliza la neurodinamia?

La neurodinamia es una técnica fisioterapéutica que afecta a los huesos, músculos, tendones, ligamentos y fascias, entre otros. Esto supone que son muchas las patologías que se pueden tratar con la neurodinamia. Algunas de ellas son:

Cuando un nervio sufre alguna patología de las mencionadas u otras los síntomas son diversos. Desde pérdida de fuerza hasta hormigueos o quemazón, entre otros. Será el fisioterapeuta quien tras un análisis exhaustivo tenga una hipótesis sobre lo que sucede. Cuando la hipótesis implica al tejido neural se debe proceder:

  • Palpación del sistema nervioso periférico.
  • Realizar pruebas neurodinámicas. Estas consisten en poner en tensión el tejido par ver si aumenta los síntomas.
  • Examen manual de conductividad.
  • Tener un diagnóstico de lo que sucede.

¿Cómo funciona la neurodinamia?

Un nervio puede tener distintos problemas. Por ejemplo, de rigidez, debilidad, sensibilidad o movilidad, entre otros.
La neurodinamia se practica mediante diversos ejercicios, realizados siempre por un fisioterapeuta. Pueden ser tanto activos como activos. El objetivo es liberar los puntos de compresión y/o tensión. Para ello, se realizan ejercicios de estiramientos y deslizamiento que se complementan con técnicas de movilización del nervio.

Contraindicaciones

En esta técnica de fisioterapia, aunque predominan los beneficios, hay que tener en cuenta sus contraindicaciones. Por eso, siempre debe ser realizada por un especialista. Algunas de las contraindicaciones son no aplicarla en los siguientes casos:

  • Heridas abiertas.
  • Cáncer.
  • Fracturas.
  • Mareos.
  • Determinados problemas dermatológicos.
  • Lesiones en la médula espinal.

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